Exámen de su impacto en el evangelio y las familias cristianas.
La prohibición de volver a casarse, tal como la defiende la rígida interpretación de Mateo 19:9, ha sido un tema de debate dentro de la comunidad cristiana durante siglos. Este estudio tiene como objetivo proporcionar un examen exhaustivo de por qué dicha prohibición puede tener consecuencias catastróficas para la predicación del evangelio alrededor del mundo y para los niños nacidos de parejas estables que se han vuelto a casar y que deciden abrazar el cristianismo.
Argumentaremos que la iglesia debe rechazar esa interpretación inmisericorde, caracterizada por una conciencia cauterizada, y en su lugar abrazar el concepto de “misericordia sobre sacrificio” que fue central en el ministerio de Jesús cuando estuvo aquí en la Tierra. Nos basaremos en ideas bíblicas y filosóficas presentadas en nuestros ensayos anteriores para respaldar esta perspectiva.
Analicemos: La interpretación rígida de Mateo 19:9
1: Comprender la prohibición.
La interpretación rígida de Mateo 19:9 prohíbe volver a casarse después del divorcio, equiparándolo con un estado de adulterio perpetuo. Este punto de vista exige el fin del nuevo matrimonio para llevar una vida de celibato como evidencia del arrepentimiento, negando efectivamente a las personas la posibilidad de volver a casarse.
2: La conciencia cauterizada.
Como se discutió anteriormente, esta interpretación rígida refleja claramente las características de una conciencia cauterizada, un estado de insensibilidad moral que prioriza el cumplimiento estricto de la ley por encima de la compasión y la misericordia.
Analicemos: El evangelio y la prohibición de volver a casarse.
1: Predicación global del evangelio.
La misión principal del evangelio es llegar a personas de todo el mundo con el mensaje de salvación a través de Cristo. Prohibir volver a casarse puede obstaculizar esta misión al presentar una versión rígida, no autorizada e incorrecta del cristianismo.
2: Parejas arrepentidas que se vuelven a casar.
Es posible que muchas personas y parejas que se convierten al cristianismo ya se hayan vuelto a casar. Obligarlos a poner fin innecesariamente a sus matrimonios para vivir una vida de celibato como prueba de arrepentimiento puede crear desafíos insuperables y desanimarlos de abrazar la fe. Un requisito que es completamente ajeno a las Escrituras.
Analicemos: La verdadera necesidad humana de compañía.
1: El diseño de Dios.
Como se estableció en ensayos anteriores, el diseño de Dios para los humanos incluye la necesidad de compañía. Génesis 2:18 enfatiza que “no es bueno que el hombre esté solo”. Reconocer esta necesidad es crucial para el bienestar y el crecimiento espiritual de las personas, y la iglesia necesita comprender esta realidad.
2: El Consejo Apostólico.
El consejo del apóstol Pablo en primera de Corintios 7:9 subraya la importancia de abordar y satisfacer las necesidades sexuales humanas a través del matrimonio. No reconocer y desatender estas necesidades puede tener consecuencias adversas. Por eso el apóstol Pablo habla claro de ese asunto.
Analicemos: Abrazando la misericordia sobre el sacrificio.
1: El Ministerio de Jesús.
El ministerio terrenal de Jesús constantemente hizo hincapié en la misericordia y la compasión por encima del estricto cumplimiento de la ley. Sus acciones, como se ven en Mateo 12:1–8, resaltaron el principio de “misericordia sobre el sacrificio”.
2: Rechazar una conciencia cauterizada.
La interpretación rígida de Mateo 19:9 claramente se alinea con la conciencia cauterizada contra la cual se advierte en primera de Timoteo 4:2. La iglesia debe rechazar esa insensatez y adoptar el enfoque compasivo de Jesús.
Analicemos: Implicaciones filosóficas.
1: Consideraciones éticas.
Desde una perspectiva filosófica, priorizar la misericordia sobre el sacrificio se alinea con consideraciones éticas de compasión, justicia y el bien mayor para la humanidad.
2: Florecimiento humano.
Conceptos filosóficos como la jerarquía de necesidades de Maslow y la eudaimonia de Aristóteles resaltan la importancia del compañerismo y las relaciones íntimas para el florecimiento humano. Por supuesto, Dios ya había declarado esto en Génesis 2:18 cuando dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”.
Conclusión:
La prohibición de volver a casarse, tal como la defiende la interpretación rígida de Mateo 19:9, plantea desafíos importantes a la predicación mundial del evangelio y tiene consecuencias potencialmente devastadoras para las personas y las familias. A través de un estudio responsable y cuidadoso de la Biblia, sabemos que esto no es algo que Dios quiere. Esta interpretación refleja una conciencia cauterizada, que prioriza el legalismo estricto sobre el ministerio compasivo de Jesucristo.
La misión del evangelio es llegar a personas de todo el mundo con el mensaje de salvación, y prohibir las segundas nupcias puede innecesaria y desautorizadamente obstaculizar esta misión al presentar una versión despiadada e incorrecta del cristianismo. Además, para muchas personas y parejas, es posible que volver a casarse ya sea parte de sus vidas, y obligarlos al celibato puede crear desafíos insuperables y desanimarlos de abrazar la fe.
Reconocer la verdadera necesidad humana de compañía, como se enfatiza en el diseño y el consejo apostólico de Dios, es esencial para el bienestar y el crecimiento espiritual de las personas. Ignorar esta necesidad real puede tener consecuencias adversas para la salud mental, emocional, física y espiritual.
La iglesia debe abrazar el concepto de “misericordia sobre sacrificio”, que caracterizó el ministerio de Jesús en la Tierra. Este enfoque se alinea con los principios filosóficos de compasión, justicia y florecimiento humano. Rechazar una conciencia cauterizada y promover un mensaje de gracia y comprensión no sólo es éticamente sólido sino también vital para la misión de la iglesia y el bienestar de sus miembros.
En conclusión, la postura de la iglesia sobre el nuevo matrimonio debe reflejar la compasión y la misericordia de Dios, como lo demostró Jesús, en lugar de una interpretación rígida que pueda disuadir a personas y familias de abrazar el cristianismo y recibir la salvación. Reconocer y atender la genuina necesidad humana de compañerismo e intimidad no es sólo una cuestión de ética sino también un reflejo del amor, la misericordia y la gracia de Dios.